ACERCÁNDOSE A DIOS

El trabajo fundamental de nuestro gran Sumo sacerdote es traernos cerca de Dios. El Señor Jesucristo nos da la confianza perfecta en atraernos cerca de nuestro Padre celestial. Él ha abierto y mantiene abierto para nosotros el bendito acceso en el compañerismo y la presencia de Dios. Por lo tanto, el Reino de Dios es una realidad en el corazón de cada creyente. La medida de la cercanía a Dios es una buena indicación de nuestro conocimiento y de la intimidad de Jesucristo. Esta confianza es lo que el Espíritu Santo trabaja en nosotros como la participación intima personal a la entrada de Cristo a la presencia del Padre. Él nos toma de la mano y nos trae a la presencia del Padre (Efe. 2:18). Nuestro gran Sumo sacerdote ha entrado en el cielo y allí intercede por nosotros. Él nos entiende y entiende nuestras más profundas necesidades porque "no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, p...