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Mostrando las entradas de noviembre, 2023

𝗝𝗘𝗦𝗨𝗖𝗥𝗜𝗦𝗧𝗢, 𝗲𝗹 𝗮𝗻𝗰𝗹𝗮 𝗱𝗲 𝗺𝗶 𝗳𝗲.

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 El símbolo que los cristianos a menudo asocian a la esperanza es el áncora (ancla). Hebreos 6:19 se refiere a la esperanza como “el áncora del alma, segura y firme.” Lo interesante de las áncoras es que, con lo grandes y pesadas que son, hacen su verdadero trabajo bajo la superficie y no se ven hasta que son levantadas del agua para que el barco pueda avanzar. Las áncoras aseguran en su lugar cualquier cosa desde una barquilla a un crucero, asegurándose de que el navío no se deje llevar por corrientes fuertes y vientos amargos. ¿Cuál es la pregunta para nosotros? ¿Qué es lo que ancla nuestras vidas privadas y la vida de nuestras comunidades de fe? La Biblia revela que Dios es a la vez la fuente de nuestra esperanza y su fin último. La Biblia no dice que la esperanza sea fácil. Se construye en la confianza en Dios, un Dios que, como nos dice la Biblia, es constante en su cuidado de nosotros. El cuidado de Dios puede venir en forma de liberación ( Éx 15 ), o de la unción de un rey ( 2

JACOB Y ESAÚ, Dos hermanos y una primogenitura. Parte 1.

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Isaac y Rebeca tuvieron mellizos, Jacob y Esaú. Esaú era un hábil cazador. Jacob llevaba una vida sencilla y seguía a Jehová. Génesis 25:20–28. Esaú nació primero. El primogénito generalmente recibía de su padre la bendición de la primogenitura. La primogenitura significaba que él dirigiría la familia y tendría más tierras y animales para ayudar a cuidar a la familia. Pero Esaú se preocupaba más por sí mismo que por su familia y desobedeció a sus padres y a Jehová. Génesis 25:25, 32; 26:34–35. Un día, Esaú regresó de cazar. Tenía mucha hambre y le rogó a Jacob que le diera de comer. Jehová quería que Jacob tuviera la bendición de la primogenitura porque Esaú no era digno de ella. Jacob le pidió a Esaú que le cambiara la primogenitura por algo de comida. Esaú estuvo de acuerdo y le intercambió su primogenitura a Jacob. Génesis 25:23, 29–34; Hebreos 11:20. Rebeca e Isaac querían lo mejor para sus hijos. Estaban tristes de que Esaú continuara haciendo las cosas que él quería y no lo que J