𝗝𝗘𝗦𝗨𝗖𝗥𝗜𝗦𝗧𝗢, 𝗲𝗹 𝗮𝗻𝗰𝗹𝗮 𝗱𝗲 𝗺𝗶 𝗳𝗲.

El símbolo que los cristianos a menudo asocian a la esperanza es el áncora (ancla). Hebreos 6:19 se refiere a la esperanza como “el áncora del alma, segura y firme.” Lo interesante de las áncoras es que, con lo grandes y pesadas que son, hacen su verdadero trabajo bajo la superficie y no se ven hasta que son levantadas del agua para que el barco pueda avanzar. Las áncoras aseguran en su lugar cualquier cosa desde una barquilla a un crucero, asegurándose de que el navío no se deje llevar por corrientes fuertes y vientos amargos. ¿Cuál es la pregunta para nosotros? ¿Qué es lo que ancla nuestras vidas privadas y la vida de nuestras comunidades de fe? La Biblia revela que Dios es a la vez la fuente de nuestra esperanza y su fin último. La Biblia no dice que la esperanza sea fácil. Se construye en la confianza en Dios, un Dios que, como nos dice la Biblia, es constante en su cuidado de nosotros. El cuidado de Dios puede venir en forma de liberación ( Éx 15 ), o de la unción de un rey...