Ser libre en Cristo significa que Jesús es el Señor de nuestras vidas y que, gracias a su obra en nosotros, el pecado no controla nuestras acciones. ¡Esa es la realidad de los que somo hijos de Dios! Desde el momento en el que permitimos que Jesús reine en nuestras vidas, que nos llene con su presencia y nos transforme, él nos da las fuerzas necesarias para obedecerle. Con su ayuda decimos NO al pecado y SI a la voluntad de Dios. Dejamos de ser esclavos del pecado y pasamos a vivir la vida plena que Dios anhela para nosotros . ¡Esa es la maravillosa libertad que tenemos en él! JUAN 8:31-32 dice..... Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en el, y les dijo, si se mantienen fieles a mis enseñanzas serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Cuando tenemos una experiencia genuina con Jesús, surge en nosotros un gran anhelo de obedecerle y de ser fiel a él. ¡cuando Jesús llega a nuestro corazón, nace en nosotros el deseo d
Según la Biblia y la tradición apostólica, el libro de los Hechos de los Apóstoles enseña que solo las personas adultas eran bautizadas después que ellas aceptaban el mensaje de Salvación y aceptaban a Cristo como Dios y Salvador personal. También para recibir el bautismo era y es necesario que la persona tenga la intención honesta y sincera de arrepentirse de sus pecados, y por el bautismo, nacer a una vida nueva en Cristo Jesús!! Por lo tanto todo lo que tiene que ver con la fe y la salvación requiere un compromiso personal ante Dios. Partiendo de esta realidad bíblica, la práctica o costumbre de bautizar bebés o niños demasiado pequeños, no solamente no tiene sentido, sino que es contrario a las enseñanzas de los apóstoles de Cristo. Un bebé no tiene capacidad para aceptar la fe cristiana, y no puede arrepentirse de nada porque no tiene conciencia de pecado. Bautizar a un bebe es inútil, nada hace. Nadie puede creer para salvación de otra persona. Nadie puede tener fe para que otr
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