EN PAZ ME ACOSTARÉ

 “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado” (Salmo 4:8).


 Este último versículo del salmo cuatro ha inspirado a millares de creyentes, de generación en generación, a culminar su día con esa oración de seguridad.

Así como David manifestó su total confianza en Dios en medio de la crisis, cuando se sentía injustamente perseguido y calumniado, así el alma atormentada, al reclamar con esperanza la intervención de Dios, recibe como respuesta esa misma paz “que sobrepasa todo entendimiento”, que hace olvidar las calamidades de la vida y dormir con tal tranquilidad que no puede ser interrumpida por alboroto alguno. David experimentó esa paz, que le arropaba e inundaba todo su ser, pues su seguridad descansaba en el Señor, quien era la fuente de su confianza, “porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”. Reina, pues, en el salmista una sublime experiencia de completa paz: ¡El Señor le hace vivir confiado! ¡Sí, el Señor hace vivir confiado a todo aquel que pone en Él su fe y esperanza!

Bendiciones!!


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